La fobia social o trastorno de ansiedad social se define como el miedo intenso y persistente a una o más situaciones sociales o actuaciones en público, en las que el sujeto se ve expuesto a personas que no son del ámbito familiar o a la posible evaluación por parte de los demás.
El mayor temor de la persona que sufre este trastorno es actuar de modo humillante o vergonzoso y que sus síntomas de ansiedad sean visibles a los ojos de los demás, este estado ansioso hace que su conducta empeore lo cual terminará confirmando el temor de la persona que padece la fobia social.
La fobia social en ocasiones se convierte en un trastorno muy incapacitante llegando a limitar y afectar muchas de las parcelas vitales de la persona. en este articulo pretendemos informar de los principales criterios que utiliza la psicología para explicar este problema y diferenciarlo de características de la personalidad como la timidez o el ser introvertido. Estos son enfoques necesarios y útiles para conocer y entender que está ocurriendo en los pensamientos y emociones del paciente así como para que el psicólogo pueda planificar adecuadamente el tratamiento.
Síntomas que aparecen en la fobia social y criterios diagnósticos:
A. Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas.
B. El individuo tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o avergüencen; que se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas).
C. Las situaciones sociales casi siempre provocan miedo o ansiedad. Nota: En los niños, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto, rabietas, quedarse paralizados, aferrarse, encogerse o el fracaso de hablar en situaciones sociales.
D. Las situaciones sociales se evitan o resisten con miedo o ansiedad intensa.
E. El miedo o la ansiedad son desproporcionados a la amenaza real planteada por la situación social y al contexto sociocultural.
F. El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o más meses.
G. El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
H. El miedo, la ansiedad o la evitación no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a otra afección médica.
I. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental, como el trastorno de pánico, el trastorno dismórfico corporal o un trastorno del espectro del autismo.
J. Si existe otra afección médica (p. ej., enfermedad de Parkinson, obesidad, desfiguración debida a quemaduras o lesiones) el miedo, la ansiedad o la evitación está claramente no relacionada o es excesiva.
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